Un hilo de hormigas se dibujaba desde el piso hasta bien entrada la pared. A lo lejos se avistaba un delicioso pastel de manzanas, que aquellos animales tan trabajadores no podian dejar pasar por alto. El galope de los caballos se oia a lo lejos, era fuerte y constante. Los grillos criqueaban en la oscuridad del bosque, que se podia divisar desde la ventana, bosque que era roto por un hermoso riachuelo con pequeñas cascadas, dandole a aquella noche, un tono mágico e irreal. La luna adornaba la velada, dando sombras y luces que invitaban a soñar.
Samantha habia huido a ese lugar paradisiaco, para olvidar. Para dejarse llenar de un nuevo sentimieto, uno sublime pero sin complicaciones. Uno que no tuviese causase tanto disgusto social. Samantha siempre fue la oveja negra de la familia. La niña que en su etapa de puberted hizo y deshizo como aquel que se sabe conocedor del mundo. No estudio lo que querian sus padres. No tuvo los novios que ellos quisieron. No se amoldo a las normas que ellos destinaron. Era loca en el vestir, usaba medias rotas, zapatos con plataformas excesivas, maquillaba sus ojos con un negro penetrante, difuso, que hacia lucir aun más palida su piel blanca como la cal. Era hermosa pero entre tanta parafernalia, a manera de llamar la atencion, se escondia, se esfumaba.
Tanta fue la confusion causada por sus padres, confusion venida de las imposiciones, de que los deseos de ellos predominaran sobre los de ella, que huyo despavorida de su hogar. Deanvulo las calles de Madrid, hubo dias enteros donde nada tuvo para comer. En el invierno enfermó de Neumonia, y fue alli, a raiz de la fatalidad, de haber tocado fondo, donde comenzo a creer en el amor, en la amistad, en sensaciones jamas vividas. Alli se sintio querida, se sintió importante, y vaya que lo era, pero ella no lo supo apreciar. Como todo aquel que perturbado no sabe mantener en sus manos la escurridiza felicidad.
El hospital al que llego victima de aquel mal, era de beneficiencia publica. Alli albergaban mendigos, personas de bajos recursos, inmigrantes indocumentados. Era atendido por monjas salesianas de diferentes partes del mundo, y por voluntarios, muchos de ellos millonarios filantropos, ávidos de dar amor, cariño, ese era su estilo de encontrar felicidad. Alli Samantha conocio a Karen, una hermosa adinerada dedicada por completo a ayudar a los mas necesitados. Sus padres habian muerto, heredandola de una cuantiosa fortuna y de grandes propiedades. Karen tenia un hijo divino entrado en los 11 años. Rodrigo era malvado, un niño tremendo, en una busqueda constante de diversion, diversion alocada. Karen cuido de Samantha los tres meses que estuvo interna en aquel hospital. Con paciencia, cariño, y buen trato, logro que Samantha se encariñara con ella ycon su rebelde Rodrigo. Karen era lesbiana, Rodrigo era producto de un acuerdo con un amigo homosexual, ambos querian un hijo, poniendose en complicidad para que este donara su semén para ella practicarse una inseminación artificial. Samantha se fue a vivir con Karen y su hijo. No eran pareja, en lo absoluto se habian siquiera llegado a tocar. Compartian, se divertian, seguian ayudando a aquellos mas necesitados. Se iban compenetrando, Samantha veia a Karen como esa hermana mayor que no tuvo, que no existio, que nunca la ayudo, pero Karen por el contrario con el paso del tiempo profundizaba su amor por aquella hermosa joven, que la lleno de vitalidad, de ganas de seguir adelante en busca de nuevos rumbos, de nuevas cosas por experimentar.
Un buen dia, Karen salio de compras, esperaba darle una sorpresa a Samantha que ella nunca podria olvidar. Se paseo todo Madrid hasta conseguir el auto mas hermoso y costoso, queria deslumbrarla, seducirla, atraerla. Sorpresa la suya cuando llega a la casa y encuentra a Samantha haciendo el amor con Rodrigo, con su hijo, con un niño. La escena la horrizo, la escandalizo, la lleno de dolor. Se sintio traicionada, humillada, invadida por un sentimiento de culpa aterrador. Samantha no sabia que decir, de hecho no habia palabras, no habia nada que aclarara, todo esta visto. Rodrigo entre tanto aunque encolerizado porque su madre los habia pillado, por dentro se sentia genial. Sabia del amor de su madre por Samantha, era como un trofeo para él, poder adelantarsele a su madre, vivía una extraña competencia con ella, algo que Karen nunca fundó.
Karen corrio a Samantha, trataba de consolar a su hijo, creia ella que el era vulnerable, y que habia caido en manos de esa desquisiada. En lo que Karen subia las escaleras para recoger sus cosas y marcharse, Rodrigo apuñaleo a su madre con un cuchillo gigante, de esos que cortan huesos y mas. Se enzaño de tal forma que por lo menos penetro aquel metal en ella como einte veces. Samantha no sabia que decir, que hacer. Lo amaba, aunque era loco, aunque pareciera raro, lo amaba, si a ese niño, a ese púber que apenas estaba madurando. Opto por ayudarlo a meter el cuerpo en el sotano. Huyeron a la hacienda que Karen tenia en Santander, un lugar hermoso, usado para el descanso. Pocos sabian de su existencia. Alli pasaron tres meses, llenos de alegria para ella, llenos de obstinación para él. Rodrigo queria más aventura, mas diversión. Nuevas experiencias que enrriquecieran su instinto por la oscuridad, por lo ajeno, tenia un instinto asesino propio de los grandes criminales de la historia.
Esa noche en que la luna dibujaba con sombras aquel hermoso lugar, en donde el aroma del pastel de manzanas se dejaba colar por la ventana, esa noche en que Samantha era invadida por los recuerdos, densos, llenos de nostalgia, de temor, de culpa. Rodrigo tomo el mismo cuchillo con que mató a su mamá y d ela misma forma se fue sobre Samantha, la apuñaleo aun más veces que a la otra desafortunada mujer. De hecho comenzo con ella a decapitar a sus victimas, todas ellas mujeres, de piel blanca, de textura lisa, de rasgos hermosos, no importaba la edad. Asi fue Rodrigo hasta que se le perdio el rastro, hasta que más nunca se supo de él. Quizá siguió haciendo lo mismo en otra latitud, probablemente se mantuvo sumergido en esas aguas llenas de rencor, de pasion, de locura sin justificación. Karen fué victima de él sin ninguna culpa tener. Samantha por el contrario se busco su destino errado y sin horizonte, no debio estar nunca con él, era un niño, todo tiene su momento, eso debio haberlo sabido después de tantos golpes que la vida le dio. La muerte seguramente no era el camino, pero cuando desviamos nuestro sendero por tinieblas y lugares oscuros, no podemos saber que esperar, no sabemos a donde vamos a llegar.
Nick Joel Araugamb